martes, 4 de septiembre de 2012

La cabeza de la familia


Nuestra historia empieza con la muerte de nuestro héroe. La manera de ésta fue una decapitación, el instrumento una máquina de segar. El joven hijo del difunto, mudo de horror, agarró la cabeza paterna y corrió con ésta a la casa.
-¡Ahí tienes! -exclamó el joven, boleando la testa sangrienta a través del umbral, hacia los pies de su madre-, mira eso, ¿quieres?
La vieja dama se ajustó los anteojos, elevó la cabeza chorreante a su regazo, frotó el rostro con el delantal y miró sus ojos de pescado con tierna curiosidad.
-John -dijo pensativa-, ¿esto es tuyo?
-No, mamá, eso no es nada mío.
-John -continuó con una seriedad fría, desapasionada-, ¿de dónde tú sacaste esta cosa?
-Pues, mamá -devolvió el esperanzado-, esa es la de papá.
-John -y había justo un toque de severidad en su voz-, cuando tu madre te hace una pregunta, tú debes responder a esa pregunta particular. ¿De dónde sacaste esto?
-De afuera en el prado, entonces, si tú eres tan malditamente particular- replicó el chico un tanto picado-, la máquina de segar la podó.
La vieja dama se levantó y restituyó la cabeza a las manos del joven. Entonces, enderezando con alguna dificultad su espalda anciana, y asumiendo una dignidad matronil de porte y rasgo, emitió el reproche siguiente:
-Mi hijo, el caballero a quien tienes en tus manos, alguna más señalada alusión a quien sería doloroso para ambos de nosotros, te ha castigado cientos de veces, por meterte en las cosas mintiendo sobre la granja. Toma esa cabeza de vuelta y ponla abajo donde la encontraste, o vas a hacer que tu madre se enoje mucho.  
 
Título original: The Head of the Family, publicado por primera vez en The Fiend's Delight, 1873, con la firma: "Dod Grile".
Imagen: Hollywood, Halloween horror nights, 2009.