
Una viuda cuyo esposo había sido colgado en cadenas, estaba haciendo vigilia junto al cadáver la primera noche, e imploraba lacrimosa al centinela que lo guardaba que le permitiera robarlo.
Madam
-dijo él-, no puedo resistir más sus súplicas, su belleza supera mi
sentido del deber. Yo le voy a entregar el cuerpo a usted, y tomar su
lugar en la jaula, donde un golpe de mi daga va a confundir a la
justicia, y darme la felicidad de morir por una dama tan amorosa.
-No
-dijo la dama-, yo no puedo consentir el sacrificio de una vida tan
noble. Si en efecto usted me mira con favor, asístame a mí y a mis
sirvientes para remover el objeto sagrado a mi chateau, donde usted va a
permanecer en ocultación hasta que podamos escapar de la comarca.
-No
-dijo el centinela-, yo seguramente sería descubierto y arrancado de sus
brazos. En tres días usted puede reclamar el cuerpo de su amado esposo,
entonces puede conferir a un soldado honorable tal felicidad y
distinción, como pueda pensar su devoción merezca.
-¡Tres
días! -exclamó la dama-. Eso es largo para esperar y corto para volar.
Si no estuviéramos cargados podríamos alcanzar la frontera. Ya el día
empieza a romper... vamos a dejar el cuerpo y partir.
Título original: Widow and soldier, publicado por primera vez en Fantastic Fables, 1899, con la firma: "Ambrose Bierce".
Imagen: Dragonslayrstorm.deviantart.com, Stormy Castle, XXI.