jueves, 13 de septiembre de 2012

El asiático frustrado


Un día del 49 un minero honesto en el condado de Calaveras, en California, se mordió a sí mismo con una culebra menuda de la variedad liguera, y ya como un posible antídoto, o con la determinación de disfrutar el breve remanente de una vida malgastada, se aplicó una jarra de whisky desbordada a los labios, y la mantuvo allí hasta que, como una sanguijuela repleta, ésta cayó.
El hombre cayó del mismo modo.
Al día siguiente, mientras el cuerpo yacía en estado sobre una tabla de pino, y el afligido socio del difunto estaba inflexible en un juego de siete-arriba con un chino amistoso, el juego fue interrumpido por una voz familiar, que parecía proceder de la mandíbula del cadáver:
-¡Yo digo, Jim!
El socio afligido jugó el rey de espadas, reclamó “alto” y entonces, mirando sobre su hombro a los restos melancólicos, replicó:
-Bueno, ¿qué es, Dave? Yo estoy ocupado.
-¡Yo digo, Jim! -repitió el cadáver en el mismo tono mesurado.
Con una mirada de molestia intensa, y murmurando algo acerca de “la gente que nunca puede parar de estar muerta más de un minuto,” el socio afligido se levantó y se paró sobre el cuerpo con las cartas en la mano.
-Jim -continuó el muerto poderoso-, ¿cuán lejos ha ido esta cosa?
-Yo le he pagado al chino dos y medio por cavar la tumba -respondió el afligido.
-¿Él le pegó a algo?
El chino miró arriba:
-Yo pegal al pago sucio, yo no entelal a mejicano muelto en su tumba. Yo mantenel su leclamo.
El cadáver se sentó erguido:
-Jim, agarra mi revólver y espanta a ese coleta de cerdo. Salta su maldito sepulcro y ponle impuesto a su campamento, cinco dólares a cada uno por prospección en dominio público. Esas hordas mongólicas tienen que ser puestas abajo. ¡Y yo digo, Jim!, si algunas serpientes más vienen bobeando por aquí, ahuyéntalas. No está bien ser un leñador mordido, cuando el whisky está a dos dólares el galón. ¡Malditos sean todos los extranjeros, de todos modos!
Y la parte mortal se puso las botas.

Título original: The Baffled Asian, publicado por primera vez en The Fiend's Delight, 1873, con la firma: "Dod Grile".
Imagen: Kenneth Wyatt, Christ and the Cowboy, XX.