sábado, 15 de septiembre de 2012

Su vía férrea


El escritor recuerda, como si fuera sólo ayer, cuando editó el Hang Tree Herald. Por seis meses dedicó su mejor talento, a abogar por la construcción de una vía férrea entre ese lugar y Jayhawk, a treinta millas de distancia. La ruta presentaba todo incentivo. No habría ninguna nivelación requerida, y ni una única curva sería necesaria. Como yacía a través de un llano alcalino deshabitado, el derecho de vía podía ser fácilmente obtenido. Como ninguna terminal tenía otra comunicación con la civilización que la mula de carga, el surtido rodante y otro material debía necesariamente ser construido en Hang Tree, porque la gente del otro extremo no sabía lo suficiente para hacerlo, y no tenía ningún herrero. El beneficio para nuestro lugar era indisputable, éste constituía el encanto más seductor del esquema. Después de seis meses de mentira consciente la compañía fue incorporada, y la primera paletada de álcali se excavó y preservó en un museo, cuando de súbito el diablo le metió en la cabeza a uno de los directores, inquirir públicamente qué cosa el camino estaba designado a cargar. No es necesario decir que la pregunta nunca fue respondida de modo satisfactorio, y la empresa más atrevida de la época fue dejada perfectamente fría. Esa misma noche una diputación de accionistas esperó al editor del Herald, y prescribió un cambio de clima. Ellos dijeron después que el cambio les hizo bien.

Título original: His Railway, publicado por primera vez en The Fiend's Delight, 1873, con la firma: "Dod Grile".
Imagen: John Coker, Uintah #20 at Watson, XX.