miércoles, 19 de septiembre de 2012

El pequeño Isaac


El sr. Gobwottle llegó a la casa desde una reunión de la Legión de la Temperancia en extremo borracho. Fue a la cama, se amontonó con soltura encima de ésta y olvidó su identidad. Cerca de la media noche su esposa, quien estaba sentada zurciendo unos calcetines, oyó una voz desde lo más profundo del almohadón:
-Dilo, ¿Jane?
Jane dio una puntada viciosa con la aguja, empalando uno de sus dedos, y continuó su trabajo. Hubo un largo silencio, tenuemente puntuado por el ladrido de un perro distante. De nuevo esa voz:
-Dilo, ¡Jane!
La dama colocó a un lado su trabajo y replicó cansada:
-Isaac, ponte a dormir, están quitadas.
Otra y más larga pausa, durante la cual el tic-tac del reloj se volvió doloroso, en la intensidad del silencio que éste parecía estar midiendo.
-¿Jane, qué está quitado?
-Pues tus botas, para estar seguro -replicó la mujer petulante, perdiendo la paciencia-, yo te las quité cuando te acostaste por primera vez.
De nuevo el caballero postrado estuvo quieto. Entonces, cuando la vela de la ama de casa despierta había ardido bien abajo hasta el enchufe, y la gastada llama del hogar estaba expirando azulada con saltos convulsivos, la cabeza de la familia reasumió:
-¿Jane, quién dijo algo sobre las botas?
No hubo réplica. Al parecer ninguna se esperaba, pues el hombre se levantó de inmediato, se alargó afuera como un telescopio y continuó:
-¡Jane, yo debo haber asfixiado a ese mocoso, y lo siento de modo infernal!
-¿Qué mocoso? -preguntó la esposa, volviéndose interesada.
-Pues el nuestro, nuestro pequeño Isaac. Yo te vi ponerlo en la cama la semana pasada, ¡y he estado acostado directo sobre él!
-¿Qué quieres decir bajo del sol? -preguntó la buena esposa-, nosotros no tenemos ningún mocoso, y nunca lo tuvimos, y su nombre no debería ser Isaac si lo tuviéramos. Yo creo que tú estás loco.
El hombre balanceó su bulto de forma bastante inestable, miró con dureza a los ojos de su compañera, y emitió triunfante el siguiente acertijo: 
-¡Jane, mira aquí! Si nosotros no tenemos ningún mocoso, ¡qué truenos es el uso de estar casados!
Pendiente la solución del sustancial problema, su autor fue afuera y buscó en la noche un whisky-skin1.

1Whisky-skin, coctel con agua caliente, azúcar morena, cáscara de limón y 2 onzas de Scotch whisky.

Título original: Little Isaac, publicado por primera vez en The Fiend's Delight, 1873, con la firma: "Dod Grile".
Imagen: John Singer Sargent, Peter Harrison Asleep, XX.